La felicidad es relativa. Hace más de mil años el poderoso Califa de Córdoba Abderramán III escribió:

“He reinado más de cincuenta años, en victoria o paz. Amado por mis súbditos, temido por mis enemigos y respetado por mis aliados. Riquezas y honores, poder y placeres, aguardaron mi llamada para acudir de inmediato. No existe terrena bendición que me haya sido esquiva. En esta situación, he anotado diligentemente los días de pura y auténtica felicidad que he disfrutado: suman catorce. Ni uno más, ni uno menos”

Los filósofos, sabios o poetas entre otros, coinciden unánimemente en sus conclusiones de que la gran meta de la vida es ser feliz y no obstante la felicidad, para la mayoría de la humanidad, es una mariposa que, cuando se persigue, siempre está lejos de nuestro alcance.

¿Por qué hay algo en esta condición, que es gratis para todos, que la hace tan exclusiva? ¿Qué debemos hacer, o dejar de hacer, para que el sol ilumine los días más sombríos de nuestras vidas?

El éxito y la felicidad a menudo se unen como metas, como si conseguir lo primero garantizara automáticamente lo segundo. No es así. Creo que la mayoría de nosotros conoce a personas de éxito que son muy desgraciadas.

Considero sin embargo, siempre bajo mi humilde punto de vista y forma de entender la vida, que está en nosotros el poder lograr la felicidad, a que ésta no dependa del lugar en el que vivamos o las cosas materiales que poseamos, sino de quiénes somos como personas y que valores nos definen.

Siempre he pensado que uno es feliz cuando hace aquello que le apasiona, que le hace sentir vivo, y que le permite sentirse bien y realizado, ya que ello le hace dar lo mejor de sí mismo y le posibilita sacar su máximo potencial y rendimiento como ser humano, puesto que poco o nada importarán entonces el resto de circunstancias.

Es una cuestión totalmente lógica. ¿Cuántas veces hemos realizado una actividad que nos apasiona dónde el tiempo y el espacio no existen, y aunque estemos fatigados no cesamos en nuestro empeño hasta finalizar nuestro acometido? Y por el contrario, ¿cuántas otras emprendemos que resultan aburridas y tediosas que hacen que las manillas del reloj no transcurran?

En la vida hay que hacer muchas tareas que no nos resultan agradables, entre ellas muchísimas veces nuestro propio trabajo. Pero está en nuestra mano el poder hacer de cada actividad que realicemos algo apasionante que resulte una aventura inolvidable. Todo radica en la actitud, motivación, predisposición, talante, optimismo e ilusión con las que las abordemos, bien sean éstas nuestro trabajo, el cuidado de nuestra Familia, la lectura de un libro o la conversación que podamos tener con el vecino del segundo.

De nosotros depende el poder hacer de nuestro empleo, nuestra rutina o nuestras tareas cotidianas algo emocionante y excitante. Es fundamental cambiar el “chip” y levantarnos cada día motivados e ilusionados por los nuevos retos que nos esperan, por muy duros que estos sean, porque la recompensa de acostarnos por la noche con la conciencia tranquila por haber hecho bien las cosas produce una sensación que no tiene precio. La felicidad.

En este momento de mi vida tengo la inmensa suerte de poder estar dedicándome a algo que me apasiona y entusiasma, y por ello, doy gracias. Me siento un privilegiado. Pero esto no quiere decir que ahora sea feliz y antes no lo fuera, ni mucho menos, al fin y al cabo siempre aplico los mismos principios de motivación, entusiasmo y actitud ante lo que emprendo. Por ello, ahora soy feliz y antes era feliz, independientemente de las circunstancias.

A lo largo de esta semana nos hemos puesto en marcha con la búsqueda de recursos financieros para “Hombres Nuevos”. Como ya os mencioné en el Capítulo 3, debido a la actual situación que vive España, la mayoría de ayudas y subvenciones se han visto recortadas o directamente suprimidas. Cabe recordar que la gran mayoría de recursos provienen de Comunidades Autónomas, Diputaciones, Ayuntamientos y Empresas Españolas.

Es por ello prioridad absoluta para la “Fundación” buscar el apoyo de todas las Empresas tanto Bolivianas como Internacionales para poder continuar con la magnífica obra que ha venido desempeñando hasta ahora. De esta forma se podrá seguir luchando para erradicar la injusticia y la pobreza y lograr que todos los Bolivianos puedan ejercer plenamente sus derechos y disfrutar de una vida digna.

Uno de los síntomas que he percibido en estas primeras reuniones es que la gente, al ver a “Hombres Nuevos” aparecer en prensa o televisión, bien sea inaugurando alguna obra social o asistiendo a algún acto público de carácter benéfico, tiene la sensación de que su economía está saneada porque percibe que dispone de cuantiosos fondos propios, pero lamentablemente no es así. Cualquier tipo de obra social (escuelas, comedores, escuelas deportivas…) que se haya podido inaugurar en el pasado, como dije con anterioridad, ha venido siempre por algún tipo de ayuda o subvención procedente principalmente de capital Español, bien sea este público o privado.

Las Empresas que estoy visitando quedan sorprendidas al conocer la realidad de la situación. No pueden dar crédito que la “Fundación” que tanto conocen, sobre todo a su fundador y presidente, D. Nicolás Castellanos, esté atravesando un momento tan delicado, sencillamente no son conscientes de la gravedad del asunto puesto que nadie se lo ha dicho.

Por otro lado, también he podido apreciar en estos primeros encuentros, así como en la Conferencia y posterior mesa redonda a la cual tuve la oportunidad de asistir en el Hotel “Los Tajibos” de Santa Cruz sobre “La Responsabilidad Social Corporativa como modelo de negocio en la Empresa contemporánea y futura”, que las grandes Empresas Bolivianas están empezando a experimentar el “boom” de la Responsabilidad Social Empresarial, pero de momento, la gran mayoría se limita a colaborar dentro del ámbito de sus competencias de su actividad como Empresa, es decir, que una Petrolera coopera con la gente necesitada que pueda haber cercana a sus explotaciones petrolíferas o una Empresa de trenes con la que pueda haber cercana a sus raíles.

Es por ello complicado poder introducir a “Hombres Nuevos” en el radar de los programas de Responsabilidad Social de las distintas Empresas, pero debido a la gran trascendencia y reconocimiento que tiene como “Fundación” y a la fe ciega que tenemos en nuestro acometido, estoy convencido de que vamos a lograr grandes cosas.

El objetivo que se persigue es la tan ansiada autofinanciación del “Proyecto Hombres Nuevos”, y para ello, es necesario que la “Fundación” sea sostenible en el largo plazo. Al fin y al cabo, las ayudas y subvenciones que se han venido recibiendo desde los orígenes, aun siendo estas totalmente necesarias, ya que sin ellas, nada se hubiese podido hacer, son como dice el dicho, “pan para hoy y hambre para mañana”. Son solo una solución para el corto plazo.

Entre muchos de los temas que traté con Ángel Sandóval de Ferroviaria Oriental S.A., estudiamos la posibilidad de ver cómo funcionaria la fórmula de emisión de un Bono Social por parte de la “Fundación”.

Para aquellos que podáis tener dudas, un Bono Social es un instrumento financiero de deuda en el que el Emisor (en este caso la “Fundación”), a través de la colocación de títulos, obtiene financiación por parte de los Portadores de los mismos (las Empresas o Personas que quieran comprarlos).

La principal diferencia respecto de un Bono Financiero es que el Emisor en este caso no tiene obligación de pago. Es por ello que los Portadores en realidad están haciendo una colaboración social, en este caso con una “Fundación”, en lugar de una inversión que les vaya a proporcionar unos dividendos.

Ésta es una fórmula interesante de obtener financiación puesto que de este modo se puede lograr un patrimonio autónomo que genere rendimientos por sí mismo. ¿Cómo? Por ejemplo invirtiendo en un Fondo de Pensiones, aquí llamados “AFP” (Administradoras de Fondos de Pensiones). Estos fondos suelen tener un perfil de inversión en el que el 90% del capital se destina a renta fija y el 10% a renta variable (de alto riesgo).

De esta manera la “Fundación” podría hacer frente a sus gastos operativos que son muchos y variados sin tener que estar dependiendo de terceros. Recordemos que lo que se pretende es la continuidad de “Hombres Nuevos” en el tiempo para que pueda continuar con su labor social para el desarrollo de Bolivia.

El sábado pasado fue uno de esos días en los que te das cuenta del porqué de la existencia de “Hombres Nuevos” y lo vital que es seguir peleando por este sueño. Lo pasamos en la piscina del “Proyecto” con los niños de “Camino Nuevo” (“Centro” cuyo principal propósito es erradicar el trabajo infantil y promover la participación en la escuela).

Estos niños en su mayoría trabajadores, provienen de familias sin recursos y desestructuradas. Para ellos ir a la piscina es como podía ser para nosotros ir al parque de atracciones en verano cuando éramos críos. Algo novedoso que desde luego no se hacía todos los días. Y os aseguro que prefieren esto a jugar en las charcas, cosa habitual aquí.

Nos pasamos el día jugando a la pelota y a las peleas de «caballitos», donde por cierto, me destroce el cuello ya que uno de los niños, un poquito entrado en carnes, se colgó de mí todo el día  porque decía que éramos invencibles. El próximo día me colgaré yo de él, a ver si resulta que somos tan invencibles.

Os garantizo que el mero hecho de ver la cara radiante de felicidad de estos niños que nada tienen, hace que valga la pena levantarse cada día para seguir luchando por un mundo más justo, en el que todas las personas puedan vivir con la dignidad que merecen como seres humanos.

Muchas felicidades a todos los Padres en el día de hoy. Especialmente a tí Papá. Gracias por estar siempre ahí. Este Capítulo va dedicado a tí.

Hasta la semana que viene.